La fiesta comenzaba la tarde del 27 de diciembre, con la ida a Talará y la visita que hacia el cortejo de la rifa a los hermanos de la Hermandad para obtener su contribución así como la de todo aquel que encontraban de paso. El disparo de algunos cohetes alertaba de su presencia en el vecino pueblo.
El cortejo lo formaban el Hermano Mayor de la Hermandad que ostentaba la vara de alcalde y llevaba bolsa, el secretario de la Hermandad, otros hermanos con bolsa y otros haciendo el papel de pregonero y de alguaciles
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